Columnas
El nueve de diciembre, se declaró el Día Internacional contra la Corrupción, por lo que resulta relevante reflexionar sobre el estado actual de la corrupción en América Latina y, en particular, en México.
En América Latina, los gobiernos deben abordar preocupaciones crónicas de derechos humanos, incluyendo la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la inseguridad y la degradación ambiental. Sin embargo, la corrupción sigue siendo un problema persistente. Según el Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción 2023, elaborado por Americas Society/Council of the Americas y Control Risks, México se ubicó en el lugar 12 de 15 naciones de América Latina.
En México, la situación es aún más preocupante. El país ha experimentado una disminución en sus puntuaciones generales desde el primer reporte en 2019. Además, México ha sido calificado como el país más corrupto de la OCDE y uno de los peores del G20. La corrupción gubernamental ha alimentado la impunidad criminal en las prisiones de México, y la violencia contra los periodistas.
Estos datos duros nos muestran un panorama desalentador. Sin embargo, el Día Internacional contra la Corrupción nos recuerda la importancia de seguir luchando contra este flagelo. Es imperativo que los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos trabajen juntos para erradicar la corrupción y promover la transparencia y la rendición de cuentas.
La lucha contra la corrupción en México es un desafío complejo que requiere un enfoque multifacético. Aquí hay algunas estrategias que se están implementando y que podrían ser efectivas:
En lugar de una comisión anticorrupción, los expertos y académicos propusieron la creación de un Sistema Nacional Anticorrupción, una entidad de coordinación para reunir instituciones que ya estaban en su lugar y que tenían las capacidades para impedir la corrupción.
La idea más radical fue que la junta del SNA estaría presidida por un ciudadano y no por una agencia estatal. Un cuerpo integrado por cinco ciudadanos independientes presidiría el sistema anticorrupción.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho hincapié en combatir el lavado de dinero y ha fortalecido la Unidad de Inteligencia Financiera de México, lo cual son desarrollos positivos para los esfuerzos anticorrupción del gobierno.
En el México moderno, el fortalecimiento de transparencia más fuertes y medios más libres pueden ayudar a las y los ciudadanos y a los grupos de vigilancia a descubrir y convertir los incidentes de corrupción en grandes escándalos públicos, con lo que se logra someter al escrutinio popular los mismos y que se empiece a solicitar la intervención del gobierno para erradicar ese tipo de casos.
La cooperación con los Estados Unidos y otros países en la lucha contra el lavado de dinero y la corrupción puede ser clave para abordar los puntos ciegos anticorrupción y antilavado de dinero de México.
La lucha contra la corrupción no es tarea fácil, pero es esencial para el desarrollo y el bienestar de nuestras sociedades. Esta semana, hagamos un llamado a la acción para combatir la corrupción en todas sus formas.