Columnas
La fotografía de moda es una de mis favoritas por la cantidad de valores que debes cuidar, planear para que tu trabajo sea útil para los medios especializados en el tema.
Inició 2019 y también el Fashion Week en Londres, con pasarelas por todas partes, con las nuevas propuestas de moda para mujeres y hombres que buscan diseños exclusivos y atrevidos.
Este tipo de eventos reúne a los mejores fotógrafos de agencias internacionales y de medios especializados. La mayoría se conocen, ubican sus lugares en cada pasarela y la grilla se vive igual.
Quienes han cubierto pasarelas internacionales, sabe que el espacio para la prensa es pequeño, es como meter a un montón de personas en un cuadro de 2x2 o máximo 4x4 metros cuadrados.
Siempre hay un banco al centro, que es el medio principal o bien el fotógrafo exclusivo del diseñador o marca, quien se sienta a su alrededor es también bajo un orden jerárquico de marcas mediáticas.
Fotografiar pasarelas tiene su grado de complicación. Justamente, desde cuál será tu posición, porque lo mejor siempre será estar lo más centrado posible y a una altura que te permita capturar a los modelos de pies a cabeza desde que aparecen en escena.
Contar con el equipo fotográfico debido, necesitas un telefoto que te permita capturar detalles, acercamientos y al mismo tiempo a la hora de que tengas a los modelos frente a ti puedas seguir tomando fotos sin necesidad de cambiar de lente.
En estas coberturas, el uso de flash es más que prohibido. Las buenas pasarelas están iluminadas para que cada paso que den los modelos están completamente iluminados y sus atuendos.
He estado en pasarelas donde han olvidado que la luz debe de ser considerada una prenda más del propio diseñador. Si él o su gente no cuida el diseño de la iluminación del camino por donde presentará su colección, su esfuerzo podría echarse a perder en segundos.
La cuestión técnica es grandiosa. Para empezar, la temperatura de la cámara debe de ser revisada y calibrada como primer paso.
El encuadre correcto es el vertical, aunque el formato horizontal siempre aporta el elemento de la gente, de los rostros que observan con esmero el caminar de los modelos con las prendas presentadas en cuerpos.
Ahora, el formato vertical debe de ser cuidado, puesto que muchos fotógrafos olvidan incluir en sus encuadres a los pies. Suena raro y absurdo, pero en la fotografía de moda hay que mostrar “TODO”, por eso las pasarelas te dan el tiempo de observar de lejos a cerca y de cerca de lejos a los modelos lo que traen puesto.
El fotógrafo que cubre estos eventos debe de asegurarse que tome en modo ráfaga; es decir, que a la hora de hacer click se tomen varias imágenes seguidas con la máxima velocidad. Controlando el zoom de su telefoto para tener la imagen de cuerpo completo hasta tenerlo de frente y terminar con un encuadre americano o bien a algún detalle en particular.
El caminar de un solo modelo, puede tardarse máximo unos 20 segundos y sin repetición; es decir, lo que tomaste, tomaste y lo que no, lo perdiste. Por eso tienes que asegurar la toma de cuerpo completo, siendo la más importante.
Así el ejemplo que vemos aquí, tomado por el fotoperiodista inglés Henry Nicholls, quien, a pesar de no ser su especialidad, logra capturar distintos ángulos y en distintos encuadres la pasarela del diseñador Astrid Andersen.
Muchas pasarelas tienen instalaciones o diseños conceptuales, que debes de incluir en tu composición, sin permitir que el modelo pierda importancia. En este, Henry fotografía a un modelo que camina hacia él y con reflectores en contra, los cuales también pueden complicar la toma con un contra luz si es que no maneja de manera correcta los valores técnicos de la luz y velocidad.
Las dificultades de cubrir en una pasarela pueden ser muchas, y para mi gusto entre más, mejor. No hay como sentir la adrenalina de un evento así, la intensidad de la luz, la energía de la gente, la velocidad de los modelos y el sonido interminable de las cámaras haciendo click.
He cubierto el New York Fashion Week cuatro ocasiones y puedo decirles, que la adrenalina de estar codo a codo con fotógrafos internacionales y las complejidades que incluye, es una maravilla.