Columnas
Estados Unidos experimentó el incremento de muertes constante y progresivo por sobredosis en el consumo de drogas en las últimas dos décadas. Como muestra, esta cifra se ubicaba en cerca de 20 mil muertes en el año 2000, mientras que en 2022 este número fue de 111 mil. Es decir, casi se sextuplicaron los decesos porsobredosis de drogas. En buena medida, esta tendencia estuvo impulsada por el consumo de fentanilo que representaba hasta el 70% de la cifra referida.
Al consultar la información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) resalta lo siguiente: la tendencia de los decesos por sobredosis marcó por primera vez una tendencia a la baja. De las ya referidas 111 mil muertes en 2022, se pasó a 107 mil 500 en 2023. Este dato no es menor y necesario analizar qué sucede.
El cambio de tendencia en Estados Unidos presenta una dinámica disímil en el país. De las 53 jurisdicciones de las que reporta información la CDC, 42 tienen una tendencia a la baja, 10 tienen una tendencia al alza y una no presenta cambio (Montana). Hay jurisdicciones con una disminución marcada, como Nebraska (-30%), Carolina del Norte (-23%), Vermont (-19%) y Ohio (-19%). En contraste, hay otras con un crecimiento marcado como Washington (14%), Nevada (18%), Oregón (22%) y Alaska (42%).
Hay factores internos y externos que podrían estar impactando en este cambio de tendencia, señalo algunos que me parecen los principales. A nivel interno, en febrero de 2022, la Comission on Combating Synthetic Opioid Trafficking, compuesta por una decena de instancias de gobierno, articuló una estrategia para combatir esta crisis nacional debido al número de muertes y al costo económicode los daños cercano al trillón de dólares.
Como consecuencia, hubo un aumento de confiscaciones al pasar de 4.1 millones de pastillas en 2020 a 15.5 millones en 2023, concentrada en los estados de California, Texas y Florida. Esta estrategia fue más allá de lo punitivo, pues también consideró acciones en materia de salud y campañas masivas en medios de comunicación y en redes sociales para concientizar sobre su peligrosidad.
Otro de los factores que puede estar contribuyendo es la posibilidad del ingreso a tratamientos especializados (médicos, psicológicos, sociales, etc.) de las personas con esta adicción, así como la disponibilidad y el uso creciente de naloxona como tratamiento médico de emergencia ante la sobredosis por consumo de opioides.Este medicamento actúa rápidamente para revertir los efectos de los opioides en el cuerpo, como la depresión respiratoria que puede llevar a la muerte.
A nivel externo, Estados Unidos centró sus esfuerzos en dos países: México y China. Presionó al gobierno mexicano para impulsar políticas de salud, de regulación y control de drogas, y de vigilancia y confiscación del fentanilo. Mientras en 2016 el gobierno mexicano interceptó únicamente 11 kilogramos, para 2022 se interceptaron 2,086 kilogramos. No hay que perder de vista que, en los últimos años, las capturas relevantes de miembros del Cártel de Sinaloa han ido en contra de integrantes de células y líderes que se especializaban en el tráfico de fentanilo.
Por su parte y sin abundar en el tema, aunque queda mucho por hacer, China también ha cambiado su regulación para el control de precursores químicos, químicos esenciales, maquinaria y sustancias análogas del fentanilo.
Con esta tendencia, es posible que Estados Unidos tenga una cifra cercana a las 100 mil muertes en 2024, o incluso registre datos menores a esta cifra. Es claro que esto no significa que la problemática acabó y se puede pasar a otro tema, en realidad se continúa con cifras sumamente altas, cercanas a los récords históricos. Lo importante es mantener esta tendencia sostenida a la baja y realizar esfuerzos conjuntos en ambos lados de la frontera.
* Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional. Twitter: @jgt_00