Desde 1992 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil se asignó esta fecha como la fecha en que debemos reflexionar sobre la importancia del agua. Esta falta de conciencia de la crisis de agua que vivimos los 8,000 millones de seres humanos en el planeta también está plasmada en el Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 6 “Agua y saneamiento para todos antes de 2030.” El agua es mucho más que la fórmula química H2O. Es una sustancia única en el universo, mágica y misteriosa. El hombre con todo su conocimiento científico y su tecnología no puede fabricar agua dulce. Con dos moléculas de Hidrógeno gas y una molécula de Oxígeno gas no podemos producir agua. Debemos entender que el agua dulce del planeta es una cantidad finita y muy pequeña. Nuestra forma irresponsable de uso, conservación y reciclaje no corresponde a los retos que afrontamos en este nuevo escenario del calentamiento global. En primer lugar, refiriéndome a nuestro país, es inconcebible que a pesar de que desde 1965 conocemos el riego por goteo (que iniciaron los israelitas atinadamente), la mayoría de nuestros productores agrícolas siguen desperdiciando más del 30 % del agua total disponible, en el riego por canales o agua rodada, como decían mis abuelos. Nuestra Secretaría de Agricultura o como se llame ahora, debió haber ayudado a todos nuestros productores agrícolas a instalar sus sistemas de riego por goteo, aprovechando el bajo costo de enormes cantidades de plásticos reciclados. En cuanto al uso urbano debo decir que tenemos cuando menos 3,000 plantas de tratamiento de aguas residuales (PTARs) que no funcionan, están fuera de operación. Que nos costaron cuando menos 60,000 MDP. La Comisión Nacional del Agua es un organismo muy grande y poderoso, pero muy corrupto y no está pensado para dar un uso sustentable al líquido vital. Es un simple administrador que nos cobra el agua. Pero para efectos de conservación y beneficio de ecosistemas y reciclaje como medida de adaptación al calentamiento global, no nos sirve. Nadie tiene en nuestro país PTARs descarga cero. Significa que en nuestro país todavía no reciclamos del agua, en las ciudades ni en las actividades industriales o agropecuarias. Faltan miles de pozos de absorción para recargar los acuíferos y todavía no invertimos en infraestructura para el aprovechamiento del agua de lluvia. Estamos simplemente esperando el colapso final. La disponibilidad de agua en 1910 para cada mexicano era de 35,000 metros cúbicos/hab/año y hoy es de aproximadamente 1,500. Los habitantes de la Ciudad de México tienen solo 80 metros cúbicos/hab/año.
*Carlos Alvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
Experto en Gestión de Residuos y Cambio Climático
www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores