Poco más de seis millones de israelíes están llamados a emitir sus sufragios en las terceras elecciones legislativas en menos de un año, que pudieran poner fin a la crisis política y sellar el destino del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, procesado por corrupción.
Los israelíes cuentan con quince horas para votar en un día que se considera festivo a nivel nacional y en el que parte del transporte público será gratuito para facilitar el derecho a votar.
Once mil centros de votación abrieron en ese país para tratar de elegir una Knéset (Parlamento) que logre formar un gobierno luego de las elecciones de abril y septiembre de 2019, en las que el Likud (derecha), de Benjamin Netanyahu, y el partido centrista Kahol Lavan (Azul-blanco), de Benny Gantz, quedaron empatados.
Sin embargo, las encuestas prevén de nuevo unos comicios cerrados como los registrados el año pasado, cuando las formaciones fueron incapaces de pactar un gobierno de coalición.
Redacción ContraRéplica
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