El Vaticano inició este lunes 21 de abril los ritos funerarios del Papa Francisco, el pontífice número 266 de la Iglesia Católica, fallecido a los 88 años. En un gesto de coherencia con su legado de humildad y sencillez, el funeral seguirá un protocolo especial diseñado por él mismo y establecido en la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.
El papa argentino dejó instrucciones claras para renovar las exequias del Obispo de Roma, estableciendo que el rito no debe reflejar poder terrenal, sino el ejemplo de un pastor y discípulo de Cristo. Esto marca un cambio respecto a los funerales tradicionales de papas anteriores como Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Entre las modificaciones más destacadas figura la omisión de los tres ataúdes tradicionales (ciprés, plomo y roble), que serán reemplazados por un sencillo féretro. Además, el cuerpo del pontífice será expuesto a la veneración de los fieles a partir del miércoles 23 de abril, posiblemente sobre el suelo en lugar de un catafalco, como era costumbre. También se especificó que la confirmación oficial de la muerte debía realizarse en la capilla y no en la habitación del papa.
El sepelio del Papa Francisco tendrá lugar en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, un espacio simbólico que él eligió como destino final. Estas disposiciones reflejan su intención de despojar el acto de símbolos de grandeza terrenal, en línea con su identidad como “el papa de los pobres”.
Para los más de mil 300 millones de católicos alrededor del mundo que deseen seguir el funeral, la transmisión en vivo estará disponible a través de la Red Católica Mundial (EWTN) en el sitio oficial: https://www.ewtn.com/es. Allí también se podrán seguir otras ceremonias en memoria del pontífice.
Con este acto, se pone en marcha una etapa de transición en la Iglesia, que también contempla la convocatoria a un nuevo cónclave para elegir al sucesor de Francisco.