Es la restauración. La CNTE y ahora el SNTE van a lograr que las relaciones laborales con los profesores sean las que imperaban con anterioridad a la reforma de 2013.
Esto es, volverá el poder corporativo con toda su fuerza. ¿Qué significa esto? Que los méritos laborales y académicos no importarán, que las plazas se negociarán con los líderes de las secciones y el escalafón se determinará con sumisión o dinero.
Lo más dramático es que con ello se hipotecará el futuro de los niños y las niñas y sobre todo en los estados más pobres del país.
La venta de plazas era un negocio millonario y en el que participaban delincuentes de altos vuelos, como Servando Gómez La Tuta, quien aprovechó la coyuntura para convertirse en uno de los líderes más importantes de La Familia Michoacana.
La Coordinadora supo jugar sus cartas y cobrar los apoyos electorales. Dejaron claro que no quieren transformación alguna y que están dispuestos a escalar conflictos con quien se les ponga enfrente.
El SNTE, por su parte, está tratándose de acomodar en un escenario que ya no es el suyo, donde tienen la amenaza latente del retorno de Elba Esther Gordillo.
Uno de los méritos de la reforma, de Peña Nieto, fue que le devolvió el control de la educación al estado mexicano. Éste ya no se tenía en su totalidad, y ello se reflejaba en que muchas de las posiciones educativas de relieve eran para el sindicato. Vamos, llegaron a tener hasta una subsecretaría.
La detención de la profesora Gordillo tuvo mucho que ver con la necesidad de lograr que los sindicalistas participaran en un esfuerzo de transformación como no se había visto en décadas. Gordillo no veía con buenos ojos lo que se estaba proponiendo y significaba un obstáculo para que se pudiera cumplir con uno de los acuerdos más importantes del Pacto por México.
La reforma, si bien se centró en lo laboral, porque era indispensable abrir el paso a docentes mejor preparados, logró un cambio de cultura en las aulas y esto ayudó a mejorar la calidad de la enseñanza. Faltaba mucho, nadie lo duda, pero ya vamos en reversa.
La CNTE, con las credenciales que les da su filiación política, van a disputar mayor número de secciones e irán avanzando en posiciones sindicales.
Ellos tienen el sartén por el mango, y entre otras cosas por eso se van alineando los que se les opusieron a lo largo del tiempo.
Vamos a retroceder años y esto se verá reflejado en las oportunidades de quienes ahora cursan la educación primaria y secundaria. No son prioridad para nadie, pero sí un botín muy apetecible por lo que significan en presupuestos.
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