Acaso como burda estrategia electoral, lo cierto es que el viernes pasado, la Casa Blanca informó que el presidente Donald Trump y su esposa, Melania, habían contraído Covid-19 por lo que estarían en confinamiento. Sin embargo, lo que sorprendió fue que en cuestión de horas el mandatario norteamericano se recuperó y ahora dice que se siente tan bien, —“genial”, para ponerlo en sus propias palabras—, que está más que listo, ansioso, para participar en el segundo debate ante su oponente, Joe Biden, a celebrarse el próximo 15 de octubre.
Si se toman en cuenta las fechas, si es el caso que al inquilino de la Casa Blanca le dio coronavirus, para el segundo debate sería todavía un agente infeccioso de Covid-19 a quien, por lo visto, no le importaría poner en riesgo a aquellos que estén en contacto con él.
Una vez que se anunció que Trump tenía coronavirus, se desató un gran debate en torno a si esa versión era real, o se trataba de una estrategia para repuntar en las encuestas que lo colocan, en la cuenta regresiva para las elecciones estadunidenses del 3 de noviembre, en desventaja respecto al candidato del Partido Demócrata, quien, desde hace meses, ha mantenido una ventaja de varios puntos a nivel nacional sobre Trump.
Sin embargo, diversos analistas especializados en el tema consideran que la moneda aún sigue en el aire, de tal suerte que el presidente estadounidense podría volver a sorprender como ocurrió en las elecciones del 2016, cuando contendió con la exprimera dama, Hillary Clinton.
No todos incluso en el mundo, creen que el inquilino de la Casa Blanca adquirió Covid-19, sino que se valió de ello para obtener el voto de los sectores que ve como perdidos como, por ejemplo, el hispano.
Hace dos días, el médico del presidente, Sean Conley, reportó que el mandatario estadunidense llevaba 24 horas sin síntomas de Covid-19 y cuatro días sin fiebre por lo que no era descabellado señalar que Trump, “tenía ya anticuerpos contra el nuevo coronavirus”, según los resultados de una prueba que se le aplicó.
Lo anterior pareció un milagro algo inesperado, que pudo provenir de la mente de Donald Trump, una vez que se percató que su gabinete ya hacía cálculos y exploraba la ley para analizar los diferentes escenarios por si él no pudiera continuar al frente de la Casa Blanca.
Por otra parte, tampoco puede ser muy creíble que pese a que Trump fue llevado al mejor hospital del mundo para ser atendido de Covid-19 y le recetaron una serie de cocteles de anticuerpos, así como Remdesivir y Dexametasona, no se puede soslayar que es parte de la población en riesgo y aunque el mandatario estadounidense se encuentra en buenas condiciones de salud, su recuperación no pudo haber sido tan, pero tan rápida.