Gran acierto del gobierno mexicano, fue la negociación favorable a la instalación de la planta de Tesla en Santa Catarina, con los beneficios que al estado y al país le representa la confianza de una de las empresas insignes de nuestro tiempo, con un altísimo nivel de tecnología que forzará a la dotación de más y mejor personal calificado, generando ciudadanía en un momento donde la conciencia civil, debe resistir las simplificaciones de la violencia que desgraciadamente ha enturbiado la posición de nuestro país, a veces, hasta el grado de ser su referente.
Tesla no simplemente es un ascenso en el nivel de confiabilidad en materia de inversión y acceso a tecnología, es un aliciente más a las posibilidades de desarrollo en otras regiones del país, téngase el procesamiento de litio en Sonora, la instalación a definir de la planta de baterías y posiblemente el vínculo al extraordinario proyecto transístmico, que sin duda catapultará al país no simplemente como polo tecnológico, sino además de producción y transporte mucho más rápido y eficaz, que sin duda ponen al país en una situación sobresaliente en el panorama internacional.
Históricamente el comercio no solamente crea o transporta mercancías, crea y transporta ideas. Fenicia dió su alfabeto a Grecia, y pervivió más allá que las mercaderías que la hicieron tan rica. Atenas creó la filosofía que la riqueza del olivo y la cerámica que ofrecieron a la metrópolis más que riquezas y una flota digna de Fenicia, a la que la rica y comercial Venecia, poseedora de un imperio comercial que la llevaba a las costas del Mar Negro, vinculándose estrechamente con el imperio bizantino, del que absorbió todo ese esplendor cultural que aún podemos contemplar en la arquitectura de ese imponente archipielago que llegó a ser el dueño del Mediterráneo Oriental, y cuya cultura es tan indispensable como lo fuera el de la potencia florentina, cuna del sistema bancario moderno y del emporio textil que contribuyó a financiar el esplendor renacentista.
El comercio promueve la apertura de las conciencias, y marca el terror de las tiranías, pues cuando tantos son los intereses centrados en un determinado territorio, de los que depende la estabilidad del lugar, las circunstancias mismas impiden la propagación de despotismos. Fenicia era una república, Atenas una democracia, Venecia una aristocracia comercial y Florencia esa república idealizada que soñaba con la república de Cicerón.
Apostar por el papel de México y reafirmar su potencial comercial, es apostar por la garantía de nuestras libertades, y como cuando Atenas, invadida por Persia, la consulta al oráculo de Delfos le dijo que su mejor defensa serían los muros de madera -interpretando la flota construida de ese material-, nuestro mejor muro será nuestro magnífico poder comercial y tecnológico.