Por Elena Chávez
Preocupado debe estar el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, porque después de la manifestación de las mujeres el lunes durante El Día Internacional de la Mujer, es seguro que ninguna de ellas, ni las que no salieron por la pandemia, pero si apoyaron a través de las redes sociales y diversas plataformas, votarán por el partido guinda en junio próximo, con lo cual es muy probable que pierdan la mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Congreso local de la CDMX.
Tal vez no ha reparado en que este movimiento feminista tan golpeado por la violencia machista, pero también por las autoridades empeñadas en no verlas ni escucharlas les cobrará la factura en las urnas.
El lunes trágico para el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador quedará grabado en la historia de este país que se ha negado rotundamente a escuchar los reclamos legítimos y justos de las mujeres que han perdido a una madre, hija, hermana, prima o amiga en manos de un hombre que odia a una mujer a pesar de haber nacido de una de ellas.
Las 20 mil que reconoce la autoridad de la Ciudad de México y que en realidad dobla la cifra se llevó en su memoria la valla metálica que reafirma su desprecio hacia el género, pero también los operativos montados para inhibirlas con mujeres granaderas (según ya las había desaparecido Claudia Sheinbaum) y los policías hombres detrás del muro de acero protegiendo Palacio Nacional y a quien ahí vive de la furia e indignación de las féminas.
¿Alguien con tantita lógica en la cabeza puede pensar que este numeroso colectivo femenino irá corriendo a las urnas para votar por los candidatos a diputadas y diputados federales y locales de Morena? Claro que no. Como sucedió en la elección presidencial habrá voto de castigo para quienes en dos años y tres meses han humillado tanto a las mujeres.
Resulta torpe comparar y minimizar el movimiento de mujeres de este lunes con el protagonizado el año pasado por el simple hecho de que estamos viviendo una pandemia que no ha sido domada y sigue cobrando víctimas mortales. En 2020 salieron abuelas, madres, hermanas e hijas a protestar ante la indiferencia de un régimen insensible; hoy se arriesgaron quienes por encima del temor de contagiarse de Covid-19 está su furia por las ausencias que no debieron suceder.
Y si a todo esto le agregamos la obstinada pretensión de imponer como gobernador de Guerrero a un presunto violador como Félix Salgado Macedonio, entonces su expectativa de conservar el poder en el Congreso en beneficio del presidente López Obrador se achica.
Considero, sin temor a equivocarme, que la protesta feminista de este 8M fue un éxito para sus protagonistas y lo será más cuando contribuyan a que el partido en el gobierno, Morena, no sea mayoría en el Congreso.
Nos vemos en las urnas…