Columnas
Si el ex presidente López Obrador se postulara en 2030 para la Presidencia, los mismos que hoy aplauden a Donald Trump, rechazarían la postulación en los medios a su servicio. Denominarían a dicho intento una reelección, que es para ellos, un escalón hacia la dictadura.
Si esto sucediera López Obrador tendría en 2030, 78 años, la misma edad que ahora tiene Trump, pero argumentarían vejez avanzada entre otros muchos pretextos que ahora no ven en el estadounidense locuaz, que hoy adoptan como su líder.
La posibilidad de un regreso del ex presidente mexicano es nula, pero la ansiedad por denominar el actual gobierno como una dictadura es vigente y trata de extenderse infructuosamente, precisamente en los medios a su alcance.
Acoge la oposición posturas tan endebles que se entrampa a sí misma, por carecer de un proyecto sólido que tenga que ver con ofrecer algo a los demás. Como no pueden dar y quieren el poder para sí mismos, caen en su propia trampa, se contradicen y desprestigian ante una población que ve desmoronarse la posibilidad de contrapeso político en el país.
En este escenario ha adoptado esquemas y personajes que no son ejemplo para nadie como Ernesto Zedillo, Corina Machado, Trump, Salinas Pliego, Calderón, Fox, Xóchitl, hasta Milei y Novoa, entre otros. Grupo del que, incluso quieren sacar candidatos ante la creencia de que esos cuadros que puedan tener simpatías entre la sociedad. Basta y sobra que critiquen al gobierno para que formen parte del pequeño club de amigos de la oposición.
El PAN, por ejemplo, tiene tanta prisa por que acabe el actual sexenio que acaba de empezar que ya anunció a sus precandidatos a la Presidencia de la República para 2030, los cuales tampoco son paradigma de honestidad y vocación servicio: Kuri, Martha Jiménez, Vila, Libia, Maru Campos, es decir, quienes tienen experiencia de gobernar un estado pero en el resto del país nadie los conoce más que por sus excesos. Tiene cuatro estados en su poder, de los cuales, todos podrían perder en las próximas elecciones por el mal gobierno que realizan.
La oposición en el PRI no puede contarse mientras se desconozca quién lidera ese grupo de nostálgicos, actualmente sólo gobierna Coahuila y Durango, en este último habrá renovación de presidencias municipales, donde más de un duranguense afirma que lo peor que puede pasarle a Morena es ganar las elecciones del 1 de junio, ante el grave deterioro de la administración pública y la falta de confianza de la población en la clase política en general.
Aunque no parezca, la oposición está consciente de que no avanza, muestra un optimismo que ni sus líderes creen y saben que no sólo están atascados en su propia trampa sino que están a punto de desaparecer como partidos.