Columnas
Esta semana que pasó el Banco Banamex modificó su expectativa de PIB para el presente año; apenas tres semanas antes la había reducido a 0.2 por ciento desde un previo de 0.8 por ciento, ya de por sí era baja. La nueva proyección considera que este 2025 México tendrá una tasa del PIB nula, es decir de 0%.
También en la semana se conoció un incremento de la pobreza laboral, especialmente impulsada por la pobreza rural, es decir la pobreza en el campo; también se habló de una contracción anual de 4.1 por ciento en la Inversión Fija Bruta al cierre de diciembre pasado.
Banamex, sus economistas, consideraron que el daño a la economía mexicana por el tema de los aranceles está hecho, hablaron poco después de que se anunciara ooootra pausa en su aplicación contra las exportaciones mexicanas, después de 48 horas de que entraron en vigor, dijeron que la nueva pausa ya no importa demasiado porque la incertidumbre ya se enquistó en la economía y los mercados financieros, de modo que de entrada el PIB del país en este 2025 será de 0%, ni frío ni calor, pero si las cosas empeoran, considera que la caída del PIB podría ir desde un mínimo de menos 0.2% a un máximo de menos 4%.
Mientras eso sucede, mientras la economía se cae y ligará el segundo sexenio con un pésimo inicio en crecimiento (el primer año del "mejor presidente de todas las galaxias existentes" fue negativo en menos 0.1%), en México se dice que estamos todos felices, o cuando menos nos convocan a retozar de felicidad el próximo domingo 9 de marzo en el Zócalo.
Ante la caída de la economía, frente a la que parece será una permanente incertidumbre económica, con la pistola en la sien permanentemente, alimentando a una bestia insaciable, la salida fácil: el populismo barato y el acarreo de las bases compradas a punta de programas sociales.
En momentos en los que se necesita la presencia firme de una estadista como nuestra presidenta, la presidenta de todos los mexicanos nos guste o no, la titular del poder ejecutivo federal, la solución es simple, irse a cobijar con los suyos, acarreados desde los rincones más recónditos del país con la promesa de que las dádivas disfrazadas de programas sociales, con los que se mantiene el control de las bases, no desaparecerán.
Claro que no desaparecerán, antes desaparecen otras cosas, son clave para mantener el poder y con control del partido que tanto se parece a uno que jodió a México por casi 80 años, lo llenaron de pobres e ignorantes, y lo enfilaron al horror del crimen organizado en muchas partes de la nación.
No tenemos remedio, pobre México, con crecimiento nulo en este 2025, pero eso sí, bien felices. Pan y circo, y dicen que no se parecen a los de antes, que son distintos, a veces parecen gemelos