Durante 51 años esta empresa ubicada en San Francisco del Rincón, Guanajuato ha estado contaminando gravemente el suelo, subsuelo, acuíferos, el río Turbio y envenenando a cientos de vecinos de las comunidades Puerta del Cerro, Buenavista, San Roque del Monte y Puerta de San Germán con residuos de cromo procedentes de su planta productora de ácido crómico, bicromato de sodio, sulfato básico de cromo, bisulfito de sodio, aceites y recurtientes sintéticos para la industria de la curtiduría. De 1970 hasta 1992 la empresa fue almacenando sus residuos con cromo en su patio trasero. Cuando nace la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) en su primera versión en 1992 y se crea la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la nueva legislación ambiental establece que los residuos peligrosos que se generen en una empresa pueden permanecer durante 6 meses en un almacén temporal y obliga a las empresas generadoras de residuos peligrosos a registrarse en Semarnat además de llevar una bitácora de las cantidades de residuos que entren y salgan de dicho almacen y los “manifiestos” que acrediten si fueron enviados a reciclaje o enviados a un confinamiento de residuos peligrosos autorizado y reportarlos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a través de la Cédula de Operación Anual (COA).
Lo que debió haber hecho la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en el año 1993 era informarle a la empresa que la montaña de residuos que ya habían generado previamente durante 22 años (unas 200,000 ton) deberían ser retiradas de su planta en un período de 20 años a un ritmo de 193 toneladas semanales y los residuos que se generaran a partir de esa fecha o sea de 1993, solamente podrían estar 6 meses en su almacén temporal. Desafortunadamente no fue así. La gran irresponsabilidad de la empresa y la omisión o más bien el consentimiento de funcionarios de Profepa le permitió seguir almacenando indebidamente sus residuos de cromo en la parte trasera de su planta (que se encuentra a unos 100 metros del río Turbio) y después de 20 años más, la montaña ya había acumulado 460,000 toneladas de residuos de cromo. Esta empresa ha generado enormes impactos ambientales en el suelo, el subsuelo y en el río Turbio lo que significa que al comer los productos agrícolas regados con esta agua contaminada nos envenenemos. Existen evidencias de entierros de 40,000 toneladas residuos en un sitio ubicado en derechos de vía ubicados a 1.5 km de la planta y también de contaminación por cromo de acuíferos en Purísima del Rincón.
*Carlos Alvarez Flores. Experto en gestión de residuos y cambio climático. Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C. www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores