Columnas
La gestión del presidente Obrador entró en la recta final. Viviremos los últimos meses de una administración que, políticamente hablando, ha hecho posible que las políticas públicas del país den un giro positivo, especialmente para el desarrollo. En efecto, estos últimos años— en vísperas del cierre— el trabajo del mandatario federal se afianzó y, de acuerdo con los datos que miden el desempeño, AMLO tiene en su poder una aprobación de más del 68%. Eso ha provocado que la confianza de la ciudadanía continúe. Lo digo así porque— a juicio de las mayorías— Claudia Sheinbaum ganará la elección presidencial.
Y no solamente se ganará la silla presidencial, sino las nueve gubernaturas que estarán en juego. De hecho, también las entidades han consolidado sus trabajos. Hablamos de los estados que gobierna Morena que, como sabemos, son más de veinte. Estos tiempos, a propósito, son sumamente claves para la mayoría. Algunos, por ejemplo, cerrarán su trabajo con una rendición de cuentas muy productiva. Otros, a la mitad de gestión, muestran el grado de eficiencia. Inclusive, esa percepción se nota en las mismas encuestas de opinión pública que valoran, miden y promedian la función de lo que está aconteciendo en beneficio colectivo.
En más de dos años, hay entidades que han superado las expectativas. En Michoacán, por ejemplo, el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla se ha consolidado entre los diez mejores despachos estatales en confianza y aprobación en México. Más del 65% avala ese quehacer. Eso significa que su trabajo ha ido permeando y, por supuesto, es un síntoma de que las cosas se están haciendo bien. Hay condiciones, de hecho, para seguir fortaleciendo los temas prioritarios de la agenda. Inclusive, el mandatario estatal— en meses pasados— estuvo de gira por Europa. En pocas palabras, la visita a varios puntos de la geografía internacional sirvió para abrir el compás a las oportunidades de crecimiento a través de la inversión en estas tierras.
Eso justifica los altos niveles de aprobación del gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla. Y con una administración que ha ido al alza, podemos reconocer el éxito de la política de la Cuarta Transformación.
Es el caso también de Zacatecas. De hecho, tiene mucha similitud con la entidad federativa de Michoacán. Ambos, en ese sentido, tuvieron que remar a contracorriente cuando tomaron posesión del despacho. Recordemos que, uno y otro, heredaron unas fianzas técnicamente quebradas. Sobre este tema, David Monreal, gobernador de aquel punto enclavado en el norte del país, diseñó perfectamente un trabajo en los primeros tres meses. Fue complicado, sin embargo, funcionó y comenzó a generar buenos resultados. A partir de ahí, ha mejorado todo un esquema de prioridades, desde el rubro de salud, educación, desarrollo y seguridad. Este último, por cierto, con cifras muy alentadoras.
Nos referimos a las estrategias de seguridad, lo mismo que a los mecanismos tecnológicos que la Secretaría de Gobierno ha puesto en marcha. Como sabemos, su titular, Rodrigo Reyes, ha ratificado su compromiso en este tema. Inclusive, el propio presidente— durante una visita a Zacatecas— aplaudió y reconoció los avances. Es verdad, se tuvieron que corregir muchas estrategias, pero, al final de cuentas, sirvieron de mucha ayuda por la rapidez en que se pusieron en marcha. Esto, por supuesto, se debe a la visión del encargado de la política interna, quien incentiva estos efectos para seguir construyendo mejores condiciones de una pacificación que, sin duda, ha ido avanzando.
Rodrigo Reyes, como pieza fundamental del engranaje gubernamental, ha destacado en sus funciones. En efecto, se espera que en los próximos meses el estado de Zacatecas siga creciendo en los temas prioritarios. Hoy, a propósito, la aprobación de David Monreal ronda entre los 56%. Esto significa que, en compromiso y responsabilidad institucional, han hecho las cosas muy bien. O sea, se mejora la calidad de vida que, por supuesto, es un componente inherente al proyecto de transformación, eso sí, de manera relevante.