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El transporte terrestre juega un papel fundamental en la economía global y es especialmente relevante para el comercio exterior en países como México, que comparte una extensa frontera con su principal socio comercial, los Estados Unidos. Según datos del Banco Mundial, el 80% del tráfico regional utiliza el transporte terrestre para las exportaciones, y aproximadamente la mitad del valor del comercio exterior mexicano se realiza a través de esta modalidad, según estimaciones de la Organización Mundial de Desarrollo Económico (OCDE).
En este contexto, conocer los costos asociados al traslado de mercancías por kilómetro se vuelve crucial para reducir los gastos operativos en las empresas de transporte. Al lograr esta reducción, se incrementa la productividad y rentabilidad del negocio, al tiempo que se mejora la administración de flotillas. Cada empresa debe asegurarse de que sus ingresos por servicios sean suficientes para cubrir los costos de operación y generar un margen de utilidad, lo que requiere un cálculo preciso y detallado de los diferentes componentes de costo.
Es importante entender que existen dos tipos principales de costos en el transporte:
1. Costos fijos: Son aquellos que se mantienen constantes independientemente de los recorridos realizados por el vehículo. Esto incluye el financiamiento del vehículo, gastos de mantenimiento, seguros, salarios de los operadores, costos administrativos y gastos de ventas, entre otros.
2. Costos variables: Son aquellos que varían en función de los recorridos del vehículo y su consecuente desgaste y consumo. Ejemplos de costos variables son el combustible, las piezas de repuesto (llantas, frenos, luces, lubricantes), peajes y viáticos. Estos costos pueden fluctuar debido a factores como el clima, el tráfico, el estado de las carreteras, el peso del vehículo y otros elementos.
Calcular los costos variables puede ser más complejo, pero es fundamental para mantener una eficiencia operativa óptima. Por ejemplo, el combustible es uno de los costos directos que más impacta en el transporte. Sin embargo, un conductor eficiente en el manejo puede reducir este costo en un 10% o más en comparación con un operador descuidado que acelera al máximo y busca llegar lo más rápido posible.
Para calcular los costos por kilómetro, es necesario tener en cuenta cada elemento de desgaste del vehículo. Por ejemplo, si el cambio de aceite debe realizarse cada 10,000 kilómetros, y el motor requiere diez litros de aceite, con un costo de aproximadamente $150 por litro, entonces el costo del aceite será de $1,500 cada 10,000 kilómetros. Cada kilómetro recorrido deberá generar un ingreso de $0.15 centavos para cubrir el reemplazo del aceite en su debido momento. Esto aplica de manera similar para todas las partes necesarias en un servicio de mantenimiento.
Una vez calculados los costos de todos los elementos de desgaste y reemplazo, se puede determinar cuánto cuesta el vehículo por kilómetro. Este valor se multiplica por el número de kilómetros que se recorren diariamente o en un servicio específico, lo que permite conocer cuánto ingreso debe generar el vehículo para cubrir estos costos. A esto se le suman los costos fijos correspondientes al período de tiempo calculado para obtener los costos totales. Es decir, el ingreso que el vehículo debe generar a través de los servicios para que la empresa opere sin pérdidas.
Es fundamental agregar un margen de utilidad adecuado para la empresa al momento de cotizar a los clientes lo que tendrán que pagar por cada viaje o utilización diaria del transporte. Con un adecuado control de los costos fijos y una óptima optimización de los costos variables, la eficiencia de la empresa mejorará significativamente, permitiendo obtener mayores beneficios y ofrecer un servicio menos costoso a los clientes sin sacrificar la calidad.
Para profundizar más en el cálculo de los costos y compartir conocimientos con colegas del sector del autotransporte, existe una opción como "Top Flotillas", un foro que brinda información valiosa y promueve el intercambio de experiencias entre administradores de flotas. Actualizarse en estas prácticas es esencial para el crecimiento y éxito en la industria del transporte en la era moderna.