Según cifras actualizadas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) correspondientes a marzo de 2025, el sistema bancario mexicano reportó un incremento anual del 12.68% en su cartera crediticia total, lo que demuestra un comportamiento dinámico y sólido frente al mes previo. Este resultado refleja una expansión notable en el otorgamiento de créditos, un factor clave en la actividad financiera del país.
El desempeño positivo del sector sugiere que el sistema financiero comenzó el año con solidez, incluso ante un panorama de incertidumbre económica. Este crecimiento se da en medio de ajustes en las proyecciones macroeconómicas nacionales, lo que resalta la resiliencia del sistema bancario.
De acuerdo con un análisis realizado por Vector Casa de Bolsa, se identifica una fuerte concentración del crédito en las principales instituciones bancarias. “Las diez principales instituciones financieras concentran el 85.69% del crédito total otorgado”, destacándose especialmente Banorte, BBVA México y Banco Azteca, cuya expansión crediticia anual superó el promedio del sector, lo que refleja su fortaleza operativa y capacidad de adaptación al entorno económico.
En cuanto a los activos totales del sistema bancario al cierre de marzo, las entidades más relevantes —BBVA México, Santander, Banorte, Banamex, HSBC, Scotiabank, Inbursa, Banco del Bajío, Banco Azteca y Monex— representaron conjuntamente el 77.42% del total, consolidando su posición en el mercado financiero mexicano y reforzando su papel dentro de la economía nacional.
Los principales indicadores de rentabilidad del sistema bancario, como el ROE y el ROA, continúan con una tendencia favorable, beneficiados por tasas de interés elevadas que impulsan los márgenes financieros. Sin embargo, los expertos anticipan una posible desaceleración en estos indicadores conforme avance el año, alineada con una probable flexibilización de la política monetaria del banco central.
Un factor relevante a seguir durante los próximos meses será la evolución del mercado laboral. “La evolución de la tasa de desempleo será un factor clave a monitorear”, debido a su impacto en la calidad de los activos bancarios, el desempeño de la cartera crediticia y el comportamiento de la morosidad, elementos que influirán en la estabilidad del sistema financiero.
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