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Mammad Talibov, Embajador de Azerbaiyán

Mammad Talibov, Embajador de Azerbaiyán

Columnas lunes 13 de diciembre de 2021 -


Escribo con relación a la columna por la Embajadora de Armenia y las declaraciones pronunciadas en la entrevista realizada con Johnny Lamont, publicadas el 3 de diciembre en Contra Réplica.

Antes que nada, resulta bastante extraño escuchar todo eso de la representante de un país reconocido por todo el mundo como un agresor que había ocupado un quinto del territorio del país vecino y expulsado 15% de su población total y a pesar de las demandas de la comunidad internacional durante casi 30 años, nunca quiso abandonar su política de ocupación y retirar sus tropas de los territorios internacionalmente reconocidos de mí país. Sería mejor si la autora de la columna aceptara que el mundo y las realidades de la región han cambiado, que ya no podrán vender fácilmente sus argumentos infundados y bravatas políticas, dando el gato por liebre a todo el mundo, como lo solían hacer.

El primer ministro armenio reconoció oficialmente la ocupación de los territorios de Azerbaiyán por Armenia, firmando la Declaración Trilateral el 10 noviembre de 2020, el acta de capitulación de Armenia, con lo cual aprobó la retirada de las tropas armenias de los distritos ocupados de Azerbaiyán. La parte azerbaiyana ha manifestado repetidas veces que cumplió y sigue comprometido a todo lo establecido en dicho documento, al haber devuelto todos los prisioneros de guerra armenios una vez acabado la guerra. Los cautivos referidos son personas que en diferentes ocasiones se infiltraron en el territorio de Azerbaiyán después de la firma de la declaración trilateral y cometieron actos terroristas que resultaron en la muerte de militares y civiles azerbaiyanos. Actualmente, dichos terroristas están siendo procesados en Azerbaiyán por sus delitos. Sin embargo, decenas de ellos sin el involucramiento directo en los actos terroristas fueron liberados por parte de Azerbaiyán como un gesto de la verdadera buena voluntad.

Sería muy oportuno si mi colega armenio, quien se presenta como un firme partidario de la paz, respondiera a una lógica pregunta acerca de que están haciendo hasta la fecha las fuerzas armadas de Armenia, en una flagrante violación de una de sus principales obligaciones provenientes de la declaración de 10 de noviembre, en los territorios reconocidos de Azerbaiyán por toda la comunidad mundial, incluyendo a México. Ni mencionar la visita ilegal del ahora exministro de defensa de Armenia a los territorios de Azerbaiyán donde las fuerzas rusas de paz están temporalmente desplegadas, otro acto provocativo con fines de agravación de la situación en la región.

La escalada periódica de las tensiones en la región recae directamente en las autoridades político-militares de Armenia, siendo la última de esas enfrentamientos un claro ejemplo, de modo que, la mencionada visita ilegal del ahora exministro de defensa de Armenia, la concentración de unos 60 elementos de las fuerzas armadas de Armenia en la carretera que conduce a las posiciones del Ejército de Azerbaiyán en Lachín, así como el bombardeo intensivo de las posiciones del ejercito azerbaiyano en Kalbayar y Lachín por las fuerzas armadas armenias demuestran que Armenia está deliberadamente agravando la situación.

Hablando de la apertura de los canales de comunicaciones, otro requerimiento que falla cumplir la parte armenia, Azerbaiyán está dirigiendo muchos esfuerzos a esa tarea, construyendo carreteras, aeropuertos, tratando de levantar la región de las ruinas, heredadas del vandalismo armenio, observado actualmente con indignación por todo el mundo, y cuyo testigo directo fue el mismo Johnny Lamont, reconocido periodista mexicano quien tuvo la oportunidad de visitar a los territorios azerbaiyanos liberados de la ocupación y testimoniar los crímenes de guerra armenios.

Y el referido corredor que uniría a Azerbaiyán con su exclave Najichevan está reflejado tanto en la declaración de 10 de noviembre de 2020, como en la de 11 de enero de 2021.

Un país “defensor” de los derechos humanos como pretende ser Armenia debería acordarse siempre de la limpieza étnica que cometió contra 1 millón de desplazados azerbaiyanos que después de tres décadas todavía no pueden volver a sus hogares debido a la total destrucción de los territorios, con las ciudades que se asemejan a Hiroshima después del bombardeo atómico, donde Armenia destruyó mucha parte de la herencia histórica y cultural de mí país, y del minado masivo realizado aquí por Armenia, una circunstancia cuyo principal objetivo fue causar el mayor daño posible y hacer inhabitables a esos territorios. El minado representa una grave amenaza para la vida, la seguridad y condiciones de hábitat, tanto del personal militar como de los civiles en el período posconflicto, y desde la firma de la declaración de 10 de noviembre, dejó 20 azerbaiyanos (14 civiles) muertos y 85 (16 civiles) gravemente heridos.

Mientras que 75% de los mapas proporcionados por Armenia hasta hoy día resultaron ser simplemente erróneos o falsos. Lamentablemente, cuesta percibir todo eso como la “buena voluntad” armenia que tanto elogia la Embajadora, sobre todo cuando todo esto sucede en los territorios internacionalmente reconocidos de Azerbaiyán.
La autora se olvida también de las atrocidades cometidas por Armenia durante últimos 30 años, graves crímenes de lesa humanidad como es el Genocidio de Joyalí, hecho resaltado por Human Rights Watch como la masacre más sangrienta cometida en el transcurso del conflicto, reconocida también por los parlamentos de muchos países, incluyendo el de México.

Ni hablar de que, en la última guerra, Armenia lanzó misiles balísticos, por la noche, contra los civiles que dormían en sus casas en Ganjá, Barda, ciudades azerbaiyanas ubicadas lejos de la zona de hostilidades militares, dejando como víctimas a decenas de niños inocentes. Quizás a esto se refería la Embajadora al usar el adjetivo “inmoral”.

Claramente, la paz duradera entre Armenia y Azerbaiyán beneficiaría a toda la región, pero el camino hacia esa paz pasa por el reconocimiento recíproco de la soberanía e integridad territorial de los países, de la delimitación y demarcación de las fronteras estatales y de la firma del acuerdo definitivo de paz, propuestas anunciadas por Azerbaiyán varias veces, a las cuales nunca recibimos una respuesta positiva por parte de Armenia, quien en caso de ser sincero en sus intenciones, debería abandonar sus reclamos territoriales, su política de agresión y odio contra sus vecinos, preparar su gente a la reconciliación y aprender a vivir en condiciones de buena vecindad.

Mammad Talibov, Embajador de Azerbaiyán


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/CR

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