Para nadie es ajeno que inicia la época electoral y con ello la guerra mediática entre el presidente en campaña Andrés Manuel López Obrador, quién busca mantener la mayoría en el Congreso para su partido y los que él considera sus enemigos, los opositores al sistema. Esto, se da a menos de 15 días de iniciar las elecciones de 2021; sin duda, un año electoral relevante porque se llevará acabo la renovación de la Cámara Baja y 15 gubernaturas, entre otros cargos importantes.
En conferencia de prensa el 10 de agosto, el presidente López Obrador se refirió al narcoEstado de Calderón, sin tomar en cuenta que los cárteles del narcotráfico no se santifican y no desaparecen por arte de magia por el cambio de gobierno.
Hasta 1987 ningún presidente había hablado o hecho declaraciones sobre el narcotráfico, hasta que Miguel de la Madrid dijo que era la principal amenaza a la seguridad nacional, pero jamás sustentó su declaración; aunque lo atribuimos al asesinato de Enrique Camarena y el cierre parcial de la frontera.
Lo que ha sucedido en México es una cosa muy vieja, no es sólo García Luna, sino que las fronteras entre el Estado y los grupos criminales son fluidas. El caso más notable hasta antes de García Luna era el general Gutiérrez Rebollo. La vieja DFS (Dirección Federal de Seguridad en los 70 y 80) tenía toda suerte de complicidades con grupos criminales.
Algunos especialistas en temas de seguridad, han dicho que hay un narcoEstado, cuando el gobierno está tomado por el narco y son ellos quienes tenían a su cargo combatir la delincuencia.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos se ha referido al narcotráfico como una cosa llamada cártel que es claramente identificable y es algo vertical, jerárquico, que se opone al Estado.
Tendríamos que preguntar por qué el presidente de México habla de narcoEstado por un lado y por el otro apapacha a los narcos, al decirles a ellos, “abrazos y no balazos” y llega al extremo de ordenar la libertad del hijo del Chapo y a saludar a la mamá de El Chapo.
Es inexacto que un presidente nos hable de un narcoEstado, ya que se lanza la idea de que el narcotráfico controla al Estado, pero en la realidad es mucho más complejo. Los mapas lo que señalan es que el crimen organizado está presente en todos los estados de la República, pero de manera desigual. Ninguno se salva, pero el grado de peligrosidad no es el mismo en una zona que en otra; sin embargo, son términos que se usan para lanzar una idea de mucho impacto mediático, pero pobre valor analítico.
Es impreciso definir la existencia de un narcoEstado a partir de las personas, ya que la estructura criminal es muy complicada, cuenta con un brazo armado, un legal, la parte de relaciones públicas y financiero.