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La primera vez que la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, compareció en el Senado de la República, fue cobijada por el gabinete de Seguridad del cual ella forma parte. Estuvieron en la Cámara Alta, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, así como los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval y de Marina, José Rafael Ojeda. En su calidad de presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Olga Sánchez Cordero le dio la bienvenida tratándola como si todavía fuera titular de la Segob y compañeras de gabinete.
Así que no podría estar mejor la funcionaria durante su estancia en la sede senatorial, gracias al espaldarazo a cargo de Sánchez Cordero y el resto de los integrantes del gabinete. En esa ocasión, la funcionaria dijo: “no venimos a ganar una guerra, venimos a ganar la paz”, pero es indudable que la victoria en esta guerra está aún muy lejos.
La alusión de la funcionaria, bien puede referirse aquella declaratoria de guerra del expresidente Felipe Calderón a los inicios de su administración y que tuvo un altísimo costo de sangre. De hecho puede señalarse que esta guerra declarada no ha terminado ni tiene para cuando hacerlo pese a que desde la gestión del expresidente Calderón Hinojosa, han transcurrido casi dos administraciones: la de Enrique Peña Nieto y la actual.
Y es que nadie midió los costos de enfrentar a un enemigo que siempre ha sido superior. Por eso, durante su estancia en la Cámara de Diputados, los dichos de la secretaria Rodríguez generaron escepticismo e incredulidad al plantear que la estrategia en cuanto al combate la inseguridad ha funcionado; en primer lugar porque desafortunadamente, no hay tal estrategia.
En su reunión con senadores, la secretaria Rosa Icela Rodríguez, informó que ya está en marcha una “estrategia eficaz de desarticulación de bandas delictivas, con inteligencia y rompiendo su capacidad económica para operar”.
Sin embargo, ahí están los datos duros que nos vienen a decir que la realidad sobre este tema es dramática. Durante la primera quincena de septiembre de 2021, el 64.5% de los mexicanos consideró que es inseguro vivir en su ciudad, esto, de acuerdo con la información de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, (ENSU), que levanta el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, (INEGI).
Abundando en estas cifras, el 34.6% de la población mayor de edad, estimó que en los próximos 12 meses, la situación de la delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal, lo que representa un cambio al alza estadísticamente significativo de 1.4%, respecto a septiembre del año pasado, que hay que considerar, fue año de pandemia de Covid-19, cuando se registró 33.2%.
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