Tecnologías de tratamiento de los residuos sólidos urbanos

Con las 22 millones de toneladas anuales de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, más 4 millones de toneladas anuales de podas de árboles, lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales y más 100 millones de toneladas de excretas de las granjas lecheras, porcinas y avícolas podríamos producir en unos 80 centros regionales a nivel nacional unas 42 millones de toneladas anuales de composta que podríamos utilizar para la recuperación de suelos erosionados (que abundan en nuestro país) para recuperar el sistema natural de captura de carbono más importante que es el suelo y con un pasto adecuado, podríamos generar proyectos de captura de carbono hacia el 2023 que pudieran darnos recursos económicos a través del nuevo mercado de emisiones de carbono hacia el 2024. Las otras 17.13 millones de toneladas anuales de la fracción inorgánica pueden convertirse (utilizando plantas termovalorizadoras) en 10,425 gigawatts/año de energía eléctrica, que significan un 20 % de la energía eléctrica que genera actualmente la Comisión Federal de Electricidad o producir combustible derivado de residuos (CDR) para los 35 hornos cementeros de nuestro país y ayudar a que el precio del cemento no suba. Con estas acciones de separación y aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos también estaríamos dando cumplimiento a la Ley General de Cambio Climático y el Acuerdo de París, en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero GEI, así como a nuestra Ley de Transición Energética vigente que nos obliga a partir del 2020 a todos los gobiernos y el sector privado a que consuman el 30 % de energía limpia de su consumo anual de energía eléctrica. La energía eléctrica derivada de residuos, es considerada por la Comisión Reguladora de Energía, como energía limpia. Y la buena noticia es que en Mendoza, Argentina se empezó a construir la primera planta en América de vitrificación de residuos sólidos urbanos que puede convertir todos los residuos sólidos urbanos (aunque estén mezclados) para producir un pellet que es un CDR que al quemarse genera sólo la mitad de las emisiones de CO2 aprovechando el carbón elemental que contienen estos residuos.

*Carlos Alvarez Flores es consultor ambiental.

Experto en gestión de residuos y cambio climático. Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C. www.carlosalvarezflores.com y Twitter

@calvarezflores