El INE ha sido sobrevalorado por quienes lo tienen por instrumento para incidir en los procesos electorales. Es falso que gracias al INE se hayan dado las alternancias electorales en las entidades de la República y mucho menos que se le deba la alternancia política que vivió México en el 2018. Al contrario, dicha alternancia fue a pesar del INE.
Una alternancia electoral es solo un quítate tú para que me ponga yo, y de esas hubo muchas que le fueron colgadas como medallitas al INE, así mediante acuerdos cupulares se deja pasar para que nada pase. Transiciones políticas fueron menos, a partir del 2018 se han incrementado, y no gracias al INE, sino como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, gracias al pueblo.
Es verdad que el modelo de órgano electoral “independiente” que tenemos en México, tiene muchas virtudes y es resultado de un proceso político histórico, que hizo necesario dejar atrás un modelo gubernamental, que consumó diversos fraudes electorales. Hasta hace unas décadas, las elecciones eran organizadas por la Secretaría de Gobernación y calificadas por la Cámara de Diputados, constituida en Colegio Electoral. Pero tampoco ese sistema es malo, lo que estaba corrompido era el sistema político mexicano. Naciones ejemplares como Suecia y Finlandia administran sus procesos electorales desde el gobierno.
Los fraudes electorales no cesaron con el INE, fueron legitimados a través de él. El problema real del caso mexicano, está en la forma en que son designadas las y los consejeros del INE. Un comité técnico de evaluación depura la lista de aspirantes, para proponer las quintetas que serán puestas a consideración del Congreso para elegir de cada una a un consejero(a). Así, los partidos que tengan el control de la Cámara, lo tendrán también del comité y con ello, serán el filtro para las ternas.
Una vez que se tienen las quintetas, la Jucopo impulsa la construcción de los acuerdos y es ahí, donde todo termina de descomponerse. Cada uno de los partidos con mayor representación en el Congreso, elijen a quienes son afines ideológicamente, pero, sobre todo, incondicionales. Ese es el verdadero problema y la clave de la manipulación electoral.
Los consejeros electorales no son actores aislados, ajenos a la política y a los intereses económicos de grupos y élites. Por supuesto que hay interacción, intercambio de opiniones, recomendaciones, presiones e instrucciones. Hay simpatías, hay ideologías y animadversiones que pesan a la hora de proponer y votar.
Los argumentos del INE y de los conservadores en contra de la Reforma Electoral son limitados e indefendibles en un organismo alejado de la austeridad y de la eficiencia, justificando todo en una tenue eficacia. No deben temer a una nueva forma de organización, coordinación y operación, que les permita lograr más, con menos, mejor y en el menor tiempo.
ENTRE GITANOS.
1) La desesperación de Marcelo Ebrard ante los resultados de las encuestas que lo ubican en segundo lugar, por debajo de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se hace cada vez más evidente y lo hace tomar la ofensiva para tratar de posicionarse. Así, propuso a Mario Delgado, presidente de Morena, algo que ya había pedido y que, según Marcelo, hará bien a Morena, la realización de debates entre las corcholatas, previo a las encuestas y lo que es más arriesgado, la separación de sus cargos. No comprende que eso que propone no es positivo para la 4T, por el contrario, es arriesgarlo todo a cambio de un interés particular. Morena necesita a Adán Augusto López en la Secretaría de Gobernación, a Claudia Sheinbaum en el Gobierno de la CDMX y a Marcelo de Canciller. Otra cosa es hacerle el juego a la oposición.
2) El fuero de los diputados del Congreso de la CDMX fue eliminado desde el momento en que entró en vigor la Constitución Política de la CDMX. Lo demás se llama armonizar las leyes secundarias y reglamentos correspondientes. Pero algunos diputados conservadores buscan confundir y defender lo indefendible.
*Especialista en Ciencia Política y Gobierno.
avilezraul@hotmail.com