En estos últimos días ha venido surgiendo muchísima información en el universo de la charrería, que como plataforma principal es la práctica de este deporte-arte, regulado por la Federación Mexicana de Charrería (FMCH), basados en sus estatutos y aceptados por todos los integrantes de la charrería federada, sin embargo, por muy diversas razones se ha recurrido a la mediación de la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD), para que sea un árbitro o mediador contra actos de cualquier Asociación Civil Deportiva.
Pero ahora, en forma muy cuestionable, por conducto de su Presidente Arturo Ruiz Ruisánchez, la Asociación de Charros de la UNAM presentó un recurso de apelación en contra de actos de la FMCH, y para salir de dudas establecí comunicación con Arturo Ruiz, quien en forma cortés y amable, me comentó que la Asociación que representa no cuenta con registro de federación, pero que desde hace aproximadamente un año están en pláticas con el Órgano Rector de este deporte para poder federarse.
Esta declaración de que aún no están federados, viene a romper con todo lo establecido con los equipos que sí están dentro de esta federación y que cumplen a cabalidad con todo lo que se requiere para permanecer activos.
A mi juicio expondré 5 puntos que son básicos en cualquier Asociación Deportiva. 1) Es innegable que sumarse a la charrería federada beneficia a todos. 2) Para solicitar ser federado se deben aceptar los lineamientos y estatutos con los principios básicos de respeto y disciplina. 3) Imponerse o aprovecharse del membrete de la UNAM para sacar todo tipo de ventajas rebasando las normas estatutarias, es deshonesto y ventajoso, sin el más mínimo respeto a esta comunidad que mucho trabaja y aporta para estar activos en el más mexicano de los deportes.
4) Los charros de la UNAM cuentan con tan solo un equipo y una escaramuza, sin continuidad, y participa únicamente en eventos particulares, por lo que carecen de antecedentes deportivos, así que sus peticiones están totalmente fuera de orden. 5) Esta situación donde los patos le tiran a las escopetas obedece a otro tipo de intereses completamente ajenos a lo deportivo, evidenciando un mal asesoramiento. “A la casa que fueres has lo que vieres”.
Puedo afirmar que si los dirigentes de los charros de la UNAM se ajustaran al orden estatutario de la FMCH serían siempre bienvenidos, pero de la forma en la que lo están solicitando les va a acarrear infinidad de antipatías.
•Periodista y experto en charrería
ramongonzalezbarbet@hotmail.com