Las minorías organizadas, son grupos que tienen la capacidad de constituirse en torno a su calidad, donde la cantidad lejos de ser importante, puede resultar un estorbo cuando lo que se requiere es capacidad organizativa y efectividad. Pocos bien organizados, pueden lograr una espléndida fuerza, que la podemos denominar estrategia.
La estrategia es el plan de acción racionalmente instituido, que no se puede lograr, si los miembros que lo deben de llevar a cabo, carecen de los recursos suficientes para poder lograr la finalidad. Cuando los reyes persas, por dos ocasiones, intentaron conquistar la tierra de los helenos, y en ambas perdieron, ese pueblo de pastores semi montañeses resultó un sorprendente contrincante para la súper potencia que extendía su imperio desde el Ganges hasta Egipto, con un Asia Menor que lo mismo aprisionaba babilonios que griegos de las colonias anatolias, insignes para el pensamiento universal, porque de allí provendría esa sorprendente generación de pensadores jonios denominados “físicos”, que tragados por los persas, tarde o temprano ocurriría una confrontación.
Confiado en su número, Heródoto, el historiador de la guerras con los medos, da fe de que durante la segunda invasión (480 a.C.), eran más de un millón de bárbaros, cuando justo ante el estrecho de los Dardanelos, en el Mar de Mármara, el Rey Jerjes, orgulloso, manda a hacer su trono para ver a sus ejércitos cruzar hacia Europa, y confrontarse con los raros habitantes que rendían culto al Zeus Olímpico, portador del trueno, que prontamente caería sobres ellos, en pasajes que elevan a los cielos Termópilas, y más tarde en Salamina, Platea y Mícala.
¿Qué tenían esos griegos frente a la contundencia numérica persa? La respuesta es “estrategia”. La estrategia implica un orden de batalla, que ostenta en la formación militar uno de sus atributos principales. Hoplitas -guerreros de a pie-, formados en filas, según su experiencia, que tan pronto marchaban al frente, para evitar su deterioro, se sucedía otra fila que estaba detrás, y así sucesivamente, hasta seguir al frente en permanente ataque, mientras los contrarios, atacando en masa, eran destruidos y fatigados. Años después, con Alejandro Magno invadiendo Persia en venganza, utilizará la estrategia en la forma de la falange macedónica que llevaba grandes lanzas hacia el frente, conformando sólidas filas hoplitas.
La masa bajo el yugo de la tiranía de un déspota entronizado, fue destruída siempre por un contingente mucho menor, pero mejor formado. Los griegos se educaban conscientemente, para ejercer su ciudadanía en la guerra, sabedores de que son entidades libres. La horda persa, eran millones de seres subyugados acostumbrados a ser alimentados por el tirano, o bien, ser destruídos a su capricho. Minorías contra mayorías, no implica el sometimiento de las primeras a las segundas solamente por su cantidad.